Desde morro se rifó, José Galván era su nombre, Con el sudor de su frente se forjó su propio molde. Desde niño en la chamba, no le tuvo miedo al hambre, Siempre firme en su camino, siempre listo pa sembrarle. Trabajando día y noche, aprendió la lección, Que el dinero no lo es todo, pero sí lo es el sudor. Con sus manos levantó una planta de agua pura, El esfuerzo y la constancia le dieron la fortuna. José Galván, siempre busca crecer, Con humildad y trabajo no hay nada que no pueda hacer. Desde abajo se levanta, su mirada en el horizonte, Es un hombre de palabra, nunca olvida de dónde viene. Ahora todos lo respetan, el barrio lo ve subir, No se olvida de su gente, siempre dispuesto a compartir. Tiene el don de la palabra, es amigo y buen patrón, Nunca olvida a los humildes, ni los días de su dolor. De sus padres aprendió que hay que ser agradecido, Que no hay árbol que florezca si la raíz se ha perdido. Por eso siempre en su pecho, lleva firme su verdad, El que lucha con honor siempre alcanza libertad. José Galván, siempre busca crecer, Con humildad y trabajo no hay nada que no pueda hacer. Desde abajo se levanta, su mirada en el horizonte, Es un hombre de palabra, nunca olvida de dónde viene. Hoy su planta va creciendo, es ejemplo pal país, Que no hay sueño inalcanzable cuando hay ganas de seguir. José Galván nos enseña que en la vida hay que luchar, Que con fe y con esfuerzo, no hay meta que no se pueda alcanzar. José Galván, un joven que

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